Imagino tu cara - para ella que emigró

Para ti que estás de viaje

Imagino tu cara.


Ahora que te fuiste y la distancia nos hace pensarnos más frecuente,
 así hablemos más ahora,
 así,
 y no se por qué, 
nos ocupamos más de nosotros.

Imagino el rostro del romance que no fue y te pienso en un bus de dos pisos con un pañuelo en la cabeza que jamás te hubieras puesto en Caracas. Imagino que te acostumbras a nuevas formas, recuerdo la vez que hablamos y me decías que era muy costosa la electricidad, o la vez que tu hermano te había prometido cambiarte del sofá. El clima, la comida, los nuevos amigos, la luz no es igual a Caracas.

Inició el viaje a la luz, dice la canción y me detengo a escuchar y la valiente letra dice:

Viajaré lejos

viajaré lejos de lo que sé
 y voy a dejarme llevar
 necesito saber que puedo estar perdido
y no sentir miedo
 vamos a viajar a la luz
 vamos a romper la noche

Trip the light

Derrotar la penumbra

Y así, salieron muchos a derrotar la penumbra, aunque siempre he sentido que las oscuridades peores son las interiores y tienen que ver con «la sombra de la ignorancia».

De ella, salvaje avenida que les robaron los bombillos, vienen la intolerancia y la avaricia.

La ambición por aquella lamparita al final de Boquerón 1. No nos lleva siempre a la sabiduría.

Está determinado por lo que aprendamos en el camino y lo que hagamos con eso.

A esa lamprita, algunos la llaman logro, meta, éxito. Y tienen razón.

Pero la búsqueda, es por dentro, la meta esa es posible en cualquier lugar.

Y es posible en un instante.

Lo primero, la sonrisa con la que imagino tu carita, es esa de los ojos grandes, la iluminada y la del tiempo perfecto. Cuando nos tomamos de la mano. Después: se puede describir lo perfecto y lo hermoso, es así.

Por otro lado, está quien se queda en el país y vive el Metro y se aventura a vivir al máximo, a no conformarse y a dar lo mejor.

—

Ángeles Mastreta compartía la música que escuchaba cuando escribía, al menos en uno de sus libros, déjame imitarla digitalmente, espero hacerlo siempre, con el esfuerzo de no repetirme