El llano de Venezuela, además de su música típica, tiene una manifestación artística ingenua: los cantos de faena o de labores, en los que los humildes campesinos entonan melodías para acompañarse a si mismos.
Melodías que vienen del alma
Sus manifestaciones son:
El canto del bongó, de quienes navegan en los ríos en modestas embarcaciones a remo.
El canto de ordeño, inmortalizado en las tonadas, género famoso por haberlo popularizado Simón Díaz, un gran cultor venezolano.
Los cantos de pilón, de las mujeres que muelen maíz en una piedra con grandes y pesados bastones de madera.
Los cantos de faena o trabajo, de las cocineras y de otros quehaceres propios del llano, en los que prevalece el humor y las ocurrencias de las amas de casa, dándole personalidad única a la familia campesina.
Un homenaje a nuestro ser vernáculo
De la mano del Centro Nacional del Disco de Venezuela hicimos este registro, llano adentro en la población de Mantecal, en el estado Apure.
Para nosotros toda una experiencia profunda en el sentido del mensaje, la dirección documental y la dirección de postproducción.